La popularidad de las cámaras de video en 360° y de la realidad virtual se ha disparado en los últimos años debido, en gran parte, a la exitosa labor de compañías como Insta360, Ricoh, Google o la anteriormente conocida como Facebook, Meta. Sin embargo, si te introdujiste en estas tecnologías en aquel entonces, quizá hayas llegado a tener una sensación de estancamiento más recientemente.

Innovadoras formas de negocio han emergido gracias a estos novedosos dispositivos, y otras están aun por explorar. La esencia de la realidad virtual y del video en 360° no es otra que la inmersión, y aquí es donde las principales plataformas de distribución de video en 360° por streaming, como YouTube y Facebook Live, no han conseguido sobresalir. Alcanzar un nivel de inmersividad cercana a la sensación de teletransporte requiere de una serie de funcionalidades que no están presentes en estas plataformas:

1. De uno a uno

La naturaleza de YouTube y Facebook Live es claramente social, pública y orientada a las audiencias de masas. En pocas palabras, una persona emite para muchos espectadores, y cuantos más, mejor. Esto es magnífico para creadores talentosos que crecen desde sus pequeños canales con un equipamiento básico en su propia habitación, hasta convertirse en celebridades conocidas internacionalmente y congregar a miles de adeptos en cada uno de sus streams. Esto es ideal también para retransmisiones de grandes eventos culturales o deportivos.

El éxito indiscutible de éstas aplicaciones de streaming es, a la vez, su propia limitación, ya que no permite un servicio completamente personalizado. No hay lugar para la producción de experiencias visuales a medida, y el espectador debe adaptarse a la oferta disponible como un mero observador pasivo. Esto es una limitación significativa cuando hablamos de productos de realidad virtual inmersiva. El consumidor es tan sólo un individuo más dentro de una multitud, y nada de lo que diga o haga tendrá una gran influencia. En este aspecto, no hay mucha diferencia entre un directo y cualquier material pregrabado, el cual normalmente presentará una mejor calidad de imagen.

2. Interactividad

Imagina por un momento que estás en una fiesta, intentando establecer una conversación con la gente a tu alrededor, pero nadie parece hacerte ningún caso. Te sentirías ignorado, fuera de lugar, y, seguramente, te acabarías volviendo a tu casa más pronto que tarde. Lo mismo se puede aplicar a un experiencia inmersiva de video, en la que la posibilidad de interactuar con el entorno es crucial para sentirte parte de él.

Cuanto más cercana sea la simulación de las sensaciones del mundo real que nos permita la realidad virtual, más se abstraerá el usuario de su ubicación física y más se integrará con el entorno presentado por el stream de video en 360°. El veloz desarrollo de nuevos dispositivos de control, wearables hápticos, y de la robótica, va a permitir alcanzar niveles increíbles de inmersividad en el futuro cercano. De momento, lo mínimo que se puede hacer para garantizar la interactividad es ir más allá del simple click al botón de Like y habilitar una comunicación verbal bidireccional fluida, como en cualquier videollamada por internet de las que tenemos habitualmente. De este modo, el usuario puede transmitir y recibir feedback en tiempo real y dar indicaciones al streamer, como, por ejemplo, moverse hacia un punto en concreto o realizar una determinada acción.

3. Baja latencia

¿Recuerdas la última vez que el retardo te arruinó por completo una llamada? Es prácticamente imposible mantener un diálogo normal cuando el lag sobrepasa los 300ms. Mantener la latencia al mínimo es crítico para incrementar la sensación de inmersión, y esto sólo se puede conseguir cuando la comunicación se establece de punto a punto (peer-to-peer) directamente, sin servidores intermedios.

La baja latencia no es tan esencial para las plataformas de streaming de video mencionadas anteriormente, en las que la única forma de feedback cercano al tiempo real es el chat escrito, y no la comunicación verbal directa. El retardo puede irse hasta los 5-15 segundos en una retransmisión en directo promedio, incluso asumiendo un ancho de banda ideal.

4. Visibilidad

El streaming de video puede considerarse, fácilmente, la industria online más relevante desde que YouTube sacudió el panorama de internet en 2005. Las audiencia no han hecho sino aumentar, especialmente tras la introducción y popularización de los smartphones y las redes de internet móvil. Aún a día de hoy, nuevas aplicaciones como Netflix, Twitch o TikTok han conseguido revolucionar sectores más particulares de esta industria, como son el del cine, el del gaming y el de los clips virales, respectivamente.

Cada uno a su manera, han conseguido crear gigantescos ecosistemas que facilitan las sinergias a través de las sugerencias de contenidos y creadores similares. Video a video, streamer a streamer, el usuario es seducido y entretenido durante horas. Seguramente a ti también te haya pasado que has encadenado "tan sólo un video más" hasta altas horas de la noche. En cambio, el contenido recomendado es un arma de doble filo. Las audiencias más grandes y de tendencia son priorizadas por el algoritmo, mientras que producciones de nicho, con audiencias más humildes, pueden quedarse fuera sistemáticamente y estancadas en la irrelevancia.

El contenido en 360° y para realidad virtual requieren de un equipamiento concreto, lo que pone el listón de entrada mucho más alto que para el video plano normal. Como se podría esperar, los videos en 360° alcanzan muchos menos espectadores de media. Por ejemplo, prueba a introducir los términos de búsqueda "4K walk Tokyo" y "360 walk Tokyo" en YouTube y compara los resultados. Proporciones similares se puede ver también para otro tipo de contenidos, lo cual les impide ser recomendados más habitualmente, causándoles frustración a sus creadores.

5. Privacidad

Aunque YouTube y Facebook Live permiten un cierto grado de control sobre quién puede ver un video, no están realmente diseñadas para proveer streams puramente privados. Incluso si el video está habilitado para ser visto sólo por una persona concreta, éste es siempre almacenado en sus servidores, con lo que el autor pierde control sobre su propio producto.

De nuevo, la alternativa es la comunicación peer-to-peer. La privacidad real sólo se puede conseguir asegurando la que conexión se establece de dispositivo a dispositivo, sin servidores intermedios o almacenamiento en la nube. Ésta es la única manera el la que ambos participantes en la llamada pueden estar seguros de que el audio y el video transmitidos están bajo su control en todo momento.

Las principales plataformas de streaming de video han conquistado internet gracias a su vocación social y pública, pero esto supone una limitación crucial en lo que refiere a optimizar la inmersión y la privacidad. Si has utilizado YouTube como creador de video en 360°, seguramente hayas sentido que estabas usando la herramienta incorrecta para tu tarea en algún momento, y que eso te ha impedido conseguir una monetización adecuada.

call360 es una plataforma alternativa, creada con el objetivo de cubrir ese hueco dejado por las gigantes del sector. call360 aprovecha al máximo las video llamadas privadas peer-to-peer en 360° e introduce funcionalidades esenciales para cautivar a tus clientes y atraer nuevos espectadores con experiencias sensoriales a medida, cercanas a la sensación de teletransporte, y abre nuevas vías de negocio aún por explorar de la mano de la popularización de la realidad virtual.